martes, 20 de mayo de 2014

Europeas 2014


Estamos a cinco días de las elecciones al Parlamento Europeo y a cuatro de la final de la Champions. Las primeras han sido calificadas por todos como las más importantes en la historia de Europa, el segundo es la sublimación del derby. Todos sabemos que acontecimiento suscita más interés: Para la primera se prevé una tasa de abstención record en Europa (y en España) y el segundo disparará los índices de audiencia. Entre la final y el inminente advenimiento del Mundial, hasta los parlamentarios estarán con la mente puesta en el balón, como en esta genial viñeta de El Roto.  

En los últimos años nos hemos dado cuenta de la importancia de las instituciones Europeas, hasta tal punto que toda la política española está condicionada por la Unión. El Banco Central Europeo y la Comisión dictan la política económica de los países miembros, y condicionan toda la actividad de sus  gobiernos, estableciendo límites al endeudamiento,  imponiendo reformas laborales, recortando pensiones, suprimiendo derechos….

Existe un desapego evidente (y creciente) por la Unión Europea.  Y nos encontramos ante una paradoja: a la vez que tomamos consciencia de su importancia, le dejamos de dar importancia. Le damos la espalda, como a ese amigo con el que te has peleado y no le diriges la palabra (ni la mirada).

Y en cierta medida el cabreo es justificado. Porque hasta ahora ni los políticos nacionales, ni los parlamentarios europeos, ni las instituciones de la Unión han conseguido explicar su función e importancia al ciudadano. Las campañas, mítines y debates electorales se hacen en clave interna. Se usan los sondeos y el resultado de las elecciones para legitimar o castigar al gobierno de la nación. Los miembros del gobierno nacional responsabilizan a las instituciones europeas de la política económica y los recortes sociales. Parece hasta lógico que la mayoría de votantes prefiera irse a la playa o dormir la resaca de Champions antes que ir a votar a un parlamentario que cobra una barbaridad y que viaja dos o tres veces a la semana en business class a costa de unos impuestos que no paran subir.

Como labor informativa me limitaré a describir someramente las instituciones de la Unión Europea y las normativas emanadas de sus órganos. Con un poco de suerte lo mismo conseguimos motivarnos a participar en unas elecciones vitales para el destino de la Unión Europea.

Órganos de la Unión Europea

El Parlamento Europeo.


Es el órgano que representa a los ciudadanos de la Unión, que votan directa y democrática a sus representantes. Sus funciones principales son debatir aprobar (junto con el consejo), la legislación de UE, controlar las instituciones de la Unión, en especial la Comisión, así como debatir y aprobar el presupuesto de la Unión.
En cuanto a la función legislativa está limitada por cuanto que la proposición legislativa viene marcada por la Comisión y el Consejo. Además es el Consejo de Europa quien marca las directrices y las políticas prioritarias de la UE. En cuanto al control de la Comisión este es más virtual que efectivo, y los presupuestos son elaborados y gestionados por la Comisión. Funciona, en definitiva, como una especie de parlamento nacional aunque más limitado, por cuanto que de él no sale ni elige al gobierno, que es elegido por el Consejo. 
 
Los parlamentarios elegidos son miembros de un partido nacional, que a su vez se agrupa, por ideología o interés, en un partido político europeo (el Partido Popular Europeo, el Partido Socialista Europeo, Alianza de los Demócratas, Verdes,etc.). Los partidos europeos suelen tener una estrategia común, coordinan sus actuaciones y votan en bloque. Como ocurre en el parlamento español, lo normal es que en las votaciones se correspondan con las directrices acordadas por el grupo.  Este punto es importante y no se ha explicado correctamente. Elegimos como parlamentarios a unas personas que están limitadas por la dirección de un partido que a la vez está limitado por la dirección de un partido europeo en el que se encuadra. De hecho los candidatos de los dos bloques principales, Jean-Claude Juncker y Martin Schulz, han hecho campaña y debates por toda Europa. En estas elecciones los votamos a ellos, o a los líderes de los grupos en los que se encuadran los partidos que se presentan a las elecciones, por mucho que los carteles electorales muestren a los candidatos españoles, que serán parlamentarios o como mucho comisarios (bueno, solo uno). 
      

Esto no quiere decir que estas elecciones carezcan de importancia. De hecho son quizás las más importantes de la historia de la Unión, porque la composición del Parlamento puede determinar el rumbo que tome la política europea en la mayor crisis económica e institucional a la que se ha enfrentado. Y ese es el drama. Cuanto más falta hace el respaldo ciudadano a la UE, menos legitimada va estar por el elevado índice de abstención previsto. Y habrá muchos que lo recuerden durante los próximos cinco años.     

El Consejo de la Unión Europea


Es el foro donde se reúnen los ministros de los estados miembros, dependiendo de la materia objeto de debate, cada país envía al ministro del ramo. Aprueba la legislación de la UE, coordina las políticas económicas de los países miembros, firma los acuerdos con otros países, aprueba el presupuesto anual, desarrolla la política exterior y de defensa, y por último coordina la cooperación entre tribunales y policías de los estados miembros.

La Comisión Europea


Encarna el poder ejecutivo de la Unión. Representa y defiende los intereses del conjunto de la UE. Está compuesta por 28 comisarios y un presidente. El presidente y los comisarios son elegidos por el Consejo Europeo, estos últimos de común acuerdo con el presidente nombrado. Estos nombramientos están sometidos a la aprobación del Parlamento Europeo. Tanto comisarios como presidente deben rendir cuentas al Parlamento, que es el único que puede disolver la Comisión.

Como poder ejecutivo propone nueva legislación al Parlamento y al Consejo, propone y gestiona el presupuesto de la UE, así como asigna los fondos, hace cumplir la legislación de la UE junto con el Tribunal de Justicia y representa a la Unión en la escena internacional negociando acuerdos con otros países.

El Consejo Europeo


Son las reuniones o cumbres en las que los dirigentes de la UE se reúnen para decidir sobre las políticas generales a e emprende y las iniciativas de gran calado. Su función es doble: fijar el rumbo y las prioridades políticas y tratar cuestiones complejas entre estados que no puedan resolverse por medio de la cooperación intergubernamental. Se reúnen cada 6 meses los jefes de estado de los países miembros, y los presidentes de la Comisión y del Consejo. Las decisiones se suelen tomar por consenso.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea


Interpreta el derecho de la UE para garantizar que se aplica de la misma forma en todos los países miembros. También resuelve conflictos legales entre los gobiernos y la UE. También pueden recurrir a él los particulares, las empresas y las organizaciones que entiendan vulneraos sus derechos. Está compuesto por un juez de cada uno de los estados miembros y son designados por propuesta de estos. Está asistido por 9 abogados generales que presentar de forma imparcial los asuntos planteados.

El Banco Central Europeo


Es la administración encargada de manejar la política monetaria de los 18 países de la miembros de la eurozona. Su principal función en mantener la estabilidad de los precios. Entre sus tareas figura definir y ejecutar la política monetaria de ña zona euro, dirigir las operaciones de cambio de divisas, cuidar las reservas exteriores del sistema europeo de bancos centrales y promover el buen funcionamiento de la infraestructura del sistema financiero. Además tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de moneda euro, y contribuye mantener el sistema financiero estable y a la vigilancia del sector bancario. Se ha convertido en el órgano más determinante de la unión debido a la crisis financiera iniciada en el año 2.007, y sus decisiones condicionan al resto de órganos de la Unión y a los gobiernos de todos los estados de la Euro-zona.



Normativa Europea.

La normativa europea se articula principalmente a través de dos tipos de normas: las directivas y los reglamentos. Pero tampoco hay que olvidar las recomendaciones de los órganos comunitarios, que influyen tanto o más y determinan las políticas de los países miembros, o las decisiones del BCE, etc.   

Directivas: Normas comunitarias que vinculan a los estados a la consecución de unos resultados u objetivos concretos en un plazo determinado. Requiere  de su transposición al derecho nacional mediante normas internas de los estados, pero que forman parte del propio ordenamiento del estado por medio de los tratados internacionales y pueden ser invocadas directamente por los particulares si les reconoce derechos frente a las administraciones públicas. Su no cumplimiento lleva aparejada responsabilidad ante la Comisión y el Tribunal de Justicia, que pueden sancionar a los estados incumplidores. Existen directivas legislativas (aprobadas por el Parlamento y Consejo), delegadas (mandato legislativo ampliado por la Comisión) y de ejecución (adoptadas por la Comisión).


Reglamentos: Normas comunitarias de alcance general y de eficacia directa en todos los países miembros, sin necesidad de transposición. Puede ser invocada en los tribunales nacionales y europeos de manera directa. Existen como en las directivas tres tipos con las mismas características: legislativo, delegado y ejecutivo.

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